Relatos secturniales

Relatos secturniales#

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Sueño coprolálico — 29 de mayo, 2016

Esta madrugada me he levantado para correr al baño a causa de un sueño rarísimo que tuve. Resulta ser que, en mi sueño, todo el arte se hacía con mierda. Se escribía con mierda, se pintaba con mierda, se hacían esculturas de mierda. Los artistas trabajaban en una especie de «fábrica de arte». Al iniciar sus jornadas, tomaban una suerte de laxante para tener material para sus obras, y llevaban puestos pañales que les permitían guardar la mierda para posteriormente usarla. Luego de haber observado a cientos de ellos haciendo su «arte», era mi turno. Yo también quería ser artista. Entonces pues, me puse mi pañal, tomé mi laxante y esperé el efecto. El efecto sí que lo hubo, pero cuando se manifestó en mí con tanto «realismo», se fue todo lo demás y me quedé solo con él. Desperté y corrí al baño.


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Sueño coprolálico II — 6 de febrero, 2017

Mientras me encontraba esta mañana entre los brazos de Morfeo, soñé que caminaba por el centro de la Pátzcuaro y de pronto me entraban unas ganas inmensas de cagar. Tales eran mis ganas que me escabullí, sin pedir permiso, hasta el baño de un negocio que había cerca. Cuando ya estaba sentado en el retrete, escuché algunas voces preguntándole y vendiéndole cosas a la dueña del lugar, quien les contestó con tono lacónico: «Yo no sé, pero pueden preguntarle al que está en el baño». Dicho y hecho: escuché el cuchicheo acercarse a la puerta hasta que la abrieron. Eran tres mujeres las que habían entrado como Pedro por su casa. Yo pensé que el asunto debía ser importante como para molestar al rey mientras está en su trono.

—Si usted quisiera hacer una fiesta, ¿la haría cerca de aquí? —me preguntó una de ellas.

—Sí, en esos casos son buenos los lugares céntricos —contesté un poco confundido.

—Muy bien, y ¿a cuántas personas invitaría? —siguió interrogándome.

—Señora, ¿no ve que estoy tratando de cagar? —le contesté, ya molesto de preguntas tan absurdas.

La señora se calló y otra de ellas me preguntó:

—¿Sabe de algún lugar cercano donde pueda cortarme el cabello?

—Señoras, allá afuera les puedo contestar todo lo que gusten, pero por ahora déjenme cagar en paz —contesté para todas.

En cuanto dije aquello, abrieron la puerta y empezaron a salir. «Por fin podré cagar», pensé. Y terminando de decir aquella frase para mis adentros, la última de las señoras indignadas cerró la puerta con tanta fuerza que el estrépito me despertó. Salí corriendo al baño, repitiéndome inconscientemente: «Por fin podré cagar».


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Una noche improductiva — 25 de febrero, 2018

Anoche soñé que leía, con detenimiento minucioso, las cuestiones del Liber viginti quattuor philosophorum. Estaban todas escritas en idiomas desconocidos. Recuerdo uno en particular que adiviné —dentro del sueño mismo— combinación de alemán y latín. Ahora sí que puedo decir —con Xul Solar—: ha sido una noche bastante improductiva. Solo he tenido tiempo de inventar doce idiomas.


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Animus meminisse horret — 2018

Paso días enteros leyendo y mis sueños son confusión de páginas que leo y de oraciones construidas sin orden ni significado alguno, oraciones que repito sin cesar.


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Like a stone — 29 de noviembre, 2020

Anoche soñé que estaba con Ilaria Bazzea y unos amigos en un jardín. De pronto, comenzamos a ver en el horizonte un montón de gente corriendo hacia nosotros. Inmediatamente después, mis amigos empezaron a gritar que nos fuéramos de ahí, que venían por nosotros. Nos subimos a un autobús; Ilaria y yo nos quedamos solos en la parte de atrás. El autobús comenzó a acelerar y la gente que nos perseguía tocaba las ventanas como si quisieran que los dejáramos entrar. Pocos segundos después comencé a notar que en el aire estaban flotando unas espantosas torrentes de piedras; de un momento para otro, las piedras comenzaron a volar hacia nosotros, rompiendo vidrios, explotando cosas y partiendo cráneos en su camino. Llegamos a refugiarnos en una torre. Las piedras seguían volando, destruyendo y matando a nuestro alrededor. Yo pregunté si eso era algún fenómeno natural conocido y alguien me respondió con cierta ironía si parecía que lo fuera. Noté que las piedras, después de caídas al suelo, se levantaban de nuevo y se dirigían implacablemente hacia direcciones distintas. Si yo sostenía una piedra, se detenía; pero si la soltaba, se levantaba y se iba a matar y a destruir.


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Sleep sound — 25 de febrero, 2021

Me quedé dormido mientras escuchaba la reseña de un libro. En el sueño, dedicaba mi vida a buscar el libro, siguiendo como guía la descripción que de él escuchaba en la reseña.


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Life is strange — 22 de mayo, 2022

Soñé que todos mis primos tenían esposas con embarazos extraordinarios. Una tenía la barriga gigantesca, otra estaba embarazada de ancianas, otra tenía muchos años embarazada, otras dos compartían el mismo vientre.


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Ô ma mère Intelligence — 17 de agosto, 2022

Anoche tuve el sueño más preocupante y desolador: alguien era más inteligente que yo.


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Sueño de Guso — 3 de enero, 2023

Soñé que Guso Macedo presumía haber descubierto un número primo más grande que los de Mersenne. Había ideado el número para un cuento de ficción y lo denominó «lambda-2». Un matemático leyó el cuento y comprobó que verdaderamente era el número primo más grande conocido.


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El grito — 10 de enero, 2023

Anoche soñé que una fuerte tormenta me tomaba por sorpresa al carminar por la calle Romero. Al pasar cerca de la tienda de don Pancho, lo escuché gritar que me colocara encima de una especie de registro subterráneo. Pensé que lo haría volar —conmigo encima— para sacarme de la tormenta. Como no podíamos vernos y el ruido de la lluvia era intenso, don Pancho me gritaba preguntándome si ya estaba listo. Yo le respondía —también gritando— que sí, pero no me escuchaba. Después de un par de intentos fallidos, me preparé para gritar con fuerza, pero el grito terminé dándolo verdaderamente y desperté a mi novia, quien luego me despertó a mí porque estaba asustada.


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Falsa memoria de Jeff Beck — 14 de enero, 2023

Soñé que conocía a un familiar lejano cuando visitaba la casa de mis tíos. Venía del norte, era amigable y amabilísimo, físicamente similar a Ritchie Valens. Nunca me animaba a entablar una conversación con él más allá de ciertas cortesías y saludos, aunque alguna vez llegué a decirle que me gustaba la guitarra y solo me respondió con una sonrisa. Pasados algunos días, mientras caminaba en la calle, escuché en los noticieros que había fallecido Jeff Beck, aquel legendario guitarrista que había desaparecido de la vida pública hacía décadas, asqueado por la fama y el dinero. Contrariado, me acerqué a uno de los televisores que anunciaban la noticia. De pronto, mostraron una fotografía de aquel tío lejano que tanta curiosidad me causaba. Él era precisamente Jeff Beck, un Jeff Beck ya irreconocible. Al día siguiente lo comentaba con todos en la familia, y todos afirmaban —sin inmutarse— que ya conocían este prodigioso secreto, este secreto de familia. Mientras cenábamos, le platiqué todo a mi papá, añadiendo: «Esto es lo más raro que me ha pasado en la vida»[1].

Descansa en paz, Jeff.


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The virgin’s slumber song — 27 de enero, 2023

Soñé con una melodía tan bella que me llenaba de lágrimas. En mi sueño, alguien se la atribuía a Beethoven. Creo que las ganas de llorar me despertaron ligeramente en la madrugada. Hice una nota mental para recordarla al despertar por la mañana, pero la olvidé por completo.


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Dream of you and I — 18 de febrero, 2023

Mientras Elizabeth me contaba lo que soñó anoche, nos damos cuenta de que siempre, sea cual sea el sueño, aparecen de la nada un montón de animales —leones, cocodrilos e incluso dinosaurios— en sus sueños.


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Out for blood — 20 de febrero, 2023

Mi novia suele burlarse de la frecuencia con la que, al lavarme las manos, me corto el pulgar con el aireador del grifo (justo arriba de la uña, en la articulación interfalángica). Soy brusco para lavar mis manos y por alguna razón los lavamanos me resultan increíblemente incómodos y estrechos. Anoche soñé que me hacía una herida así. Al intentar lavarla para que no se infectara, el agua del grifo me erosionaba paulatinamente el dedo. Podía ver la parte mutilada y llena de sangre que iba quedando. Con cada chorro de agua se me caía más el dedo. Mi extrañeza me impedía reaccionar, así que continué lavándola hasta que me erosionó todos los dedos. Cuando por fin la retiré, mis dedos comenzaron a regenerarse poco a poco.


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Gracias a la vida — 12 de agosto, 2023

Soñé que estaba en casa de mi abuelita Ofelia con ella y mis tías. Estaba limpiando el patio, pero me sentía cansado. Recuerdo un pequeño charco de agua tornasolado en el suelo. De pronto, alguien me preguntaba «¿Por qué te esfuerzas tanto, si nada importa y encima estás cansado?». Yo le respondía: «Por el tacto con el agua, por la sensación de las piedras en mis manos, por amor a la vida nada más».


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The great gig in the sky — 4 de septiembre, 2023

Soñé que estaba grabando con una cámara digital a tres figuras extremadamente delgadas (con extremidades al estilo daliniano) bailando en la calle. Después, entramos a un pasillo y mi primo David aparece de la nada, colocándome un micrófono alrededor del cuello. Me dice que estoy transmitiendo para un canal de radio. Salimos del pasillo y llegamos a las gradas de un campo de futbol asediado por la luz del día; a lo lejos se ve la luna roja, y en las gradas algo de gente observando lo que parece ser un eclipse lunar. Mi primo me pide que comente las circunstancias para nuestra audiencia. Me pregunto si realmente hay audiencia alguna, y él solo añade «los domingos tenemos \(5x\) nuestra audiencia habitual». De pronto, el color rojo de la luna empieza a derretirse en la forma de un líquido negro. Nos quedamos viendo con extrañamiento y comienza a evaporarse como humo. A los pocos segundos, una parte de la luna explota y el resto se «cae», desaparece de nuestra vista y todos entran en pánico. El miedo me despierta ligeramente, pero todavía alcanzo a ver cómo se cae el telón que teníamos enfrente. Era un truco visual empleado por un empresario brasileño; los noticieros comienzan a repudiarlo; la luna continúa ahí, incólume, fija, más grande de lo habitual. Me despierto por completo, pero no puedo quitarme la imagen de la cabeza y continúo imaginando una luna gigantesca colapsando con la tierra por algunos minutos[2].


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The shining — 17 de septiembre, 2023

El fin de semana pasado vi The shining con Elizabeth. En ella, hay una escena recurrente en la que un mar de sangre invade una habitación. Creo que por esa razón soñé esa misma noche que una ola gigante de agua negra invadía la ciudad. Al verla cobijar el cielo frente a mí, supe que no podía escapar de ella, pero no entendí la actitud indiferente de la gente a mi alrededor que solo parecía esperar pacientemente para morir. Estábamos en la gasolinera de La Catrina en Pátzcuaro cuando el vinoso monstruoso ponto llegó. Al principio solo pude ver a la gente reír alegremente mientras era arrastrada por el agua entre las calles, pero llegó un punto en el que, dentro del agua, ya solo veía oscuridad y la risa alegre de los demás se fue distorsionando hasta lograr una carcajada espantosa al unísono.


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Toxicity — 27 de noviembre, 2023

Mi extraña obsesión con los videos de El Estepario Siberiano me ha llevado a soñar que tocaba la batería para una banda musical improvisada. Mi adicional obsesión con Miles Bonham me ha llevado a soñar que también cantaba afinadamente. Entre sueños quise memorizar una melodía simple que era capaz de tocar, pero, como siempre, la olvidé al despertar.


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OK Computer — 2 de diciembre, 2023

Últimamente, ha sido recurrente que «programe» durante la fase hipnagógica de mis sueños, esa a la que Dalí tanto aludía como catalizadora de su obra. Anoche, por ejemplo, hice debugging «entre sueños», pero apenas recuerdo cómo razonaba sobre el código que escribía. Entre sueños también, el 11 de noviembre visualicé el lugar exacto en mi base de código donde debía introducir las líneas que minimizarían la percepción de latencia que produce el bot telefónico al responder. Al despertar, agregué el código, ejecuté el programa y funcionó (aunque requirió algún refinamiento adicional, naturalmente). Antes de eso, hubo días en que tenía pesadillas donde codificaba y decodificaba los bytes que produce el sintetizador de voz. Es un poco como cuando pasé meses leyendo a Borges, y soñaba con fragmentos de sus textos, hojas de libros y literatura onírica sin sentido.


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I’ll come running — 19 de febrero, 2024

Soñé que iba a un parque con temática caricaturesca ambientada en los 1800. Dentro del lugar había calles empedradas, pequeños castillos y casitas peculiares. El parque era tan concurrido que gente solitaria y adinerada había empezado a comprar casas dentro del parque para habitarlas. Cuando los visitantes se paseaban cerca de sus casas, o se quedaban parados a observarlas, los solitarios habitantes salían e intentaban entablar conversaciones de manera forzosa con los visitantes. Cuando una señora de esas quiso platicar conmigo, intenté alejarme caminando, pero me siguió, así que aceleré el paso hasta que pude perderme y la señora tuvo que conformarse con perseguir a otra persona que caminaba por ahí.


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Unfinished sympathy — 25 de marzo, 2024

Anoche y anteanoche soñé con melodías fascinantes. Pude recordar ambas al despertar y estuve tratando de buscarlas en Internet, pero no creo que pertenezcan a canciones reales. Tampoco sé cómo comunicarlas con precisión ni qué hacer con ellas. El inexorable tiempo las regalará al olvido.


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Day dreaming — 13 de mayo, 2024

No sé bien qué soñaba antes de despertar, pero fue alguna premisa a lo que pensé apenas entraba en razón: existen en el mundo artefactos sutiles que los humanos han ideado con la finalidad de socializar. Por ejemplo, las parrillas caseras, cuyo objetivo último es el de agrupar personas y no realmente el de preparar platillos exquisitos.


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Alive — 13 de junio, 2024

Soñé que intentaba poner música experimental de Arca en una fiesta.


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In church — 25 de junio, 2024

Soñé que estaba en mi habitación en casa de mis papás. Podía escuchar la música de mi papá que venía desde la sala: In church de M83.


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Let me down easy — 21 de septiembre, 2024

Ha sido una semana marcada por el siguiente patrón: sudores nocturnos, hablar dormido y despertar escuchando una canción en la cabeza. Las canciones que recuerdo son Let me down easy de Harriot, (creo que) Love proceeding de BADBADNOTGOOD y New woman de Rosalía (gracias, Elizabeth).


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Spiegel im Spiegel — 7 de noviembre, 2024

Soñé con otra de esas melodías ignotas que me despiertan melancólico. Era similar a Spiegel im Spiegel de Arvo Pärt.


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I smell a rat[3] — 28 de noviembre, 2024

Soñé que tenía una conversación. Al despertar, creía firmemente que el sueño era la continuación de una conversación real que había tenido. Después pude comprobar que nunca fue real.

También soñé que una rata gigante se me acercaba. El asco me hizo saltar en la cama y me desperté en el aire. Ya no pude volver a dormir.


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You don’t know me — 26 de diciembre, 2024

Soñé que presenciaba hechos que nunca habían ocurrido. Al comentar casualmente alguna de aquellas falsas anécdotas con otra persona, por inocente que fuera, provocaba severos males en las vidas de quienes se venían involucrados.


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That’s all for everyone — 31 de diciembre, 2024

La noche del 30 de diciembre me fui a la cama pensando en Sweet thing de Chaka Khan. Desperté con Distant love de nginafayola en la cabeza. Al anochecer, me vino What goes around comes around de Timberlake a la mente mientras pensaba no recuerdo qué cosa. Por la mañana escuché That’s all for everyone de Fleetwood Mac. Creí recordar que Bradford Cox, en alguna de sus bandas, la había sampleado, así que dediqué una indigna cantidad de tiempo a tratar de averiguar dónde. No he tenido éxito, y sospecho todo esto se trata de un cacao mental provocado por la extraña similitud entre esa canción de Fleetwood Mac y el estilo de Deerhunter.


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Mind playing tricks on me[4] — 13 de marzo, 2025

Soñé que intentaba resolver una ecuación polinómica donde los coeficientes eran piezas de ajedrez. Entonces, por ejemplo, en lugar de factorizar, debía hacer «movimientos» matemáticos: simplificar la ecuación implicaba llevar el juego al final, eliminando piezas para que solo quedaran en el «tablero» (i. e., en la ecuación) las que eran indispensables para decidir la partida.

Antes de eso, al anochecer —ya cansado—, leí «Calderón» por «Glaucón» en Aristóteles, y soñé despierto por un momento que, en su omnímodo intelecto, Aristóteles había llegado a deliberar sobre literatura aurisecular.


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Stratus — 19 de marzo, 2025

Anoche dormí, soñé y desperté escuchando en mi cabeza la batería de Danny Carey[5].


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(Nice dream) — 30 de marzo, 2025

Esta mañana, Noé me recordó Las ruinas circulares de Borges y tuve que releerlo porque lo había olvidado por completo. En la página de Wikipedia del cuento, además de malinterpretarse el brillante artículo de Evelyn Fishburn (porque se ignoran sus hallazgos más importantes, es decir, las noches y ediciones precisas que Borges leyó, demostrando que no eran «imaginarias») sobre la noche «circular» de Las mil y una noches, se hace referencia al «hombre gris» del cuento. Tampoco recordaba esa frecuencia de personajes grisáceos en Borges. Poco tiempo después, tomé una siesta.

Durante la siesta, soñé que estaba en la cocina de la casa de mis padres, explicándoles un sueño que tuve hace mucho tiempo. En aquel sueño había escuchado la palabra «secturnial» por vez primera. Les hablaba de Gógol como padre de la literatura moderna rusa, y relataba cómo había consultado a amigos escritores y diccionarios para comprobar si esa palabra era real o no. Luego, vacilaba y fallaba al intentar recordar exactamente en qué contexto había utilizado la expresión «los hombres secturniales de Gógol» para referirme a los personajes de su literatura. Después de ofrecerles dos o tres interpretaciones distintas del término, concluía que definitivamente lo había utilizado para describir a los personajes anónimos, a los personajes «grises» de la literatura gogoliana.

Al despertar, quise comprobar aquella interpretación. En mi Facebook, leo el único registro que tengo de aquel sueño, que data del 9 de diciembre del 2020:

«Anoche soñé que Bruno Kaz[6] escribía un cuento donde hacía referencia a “los hombres secturniales de Gógol”. ¿Qué podría significar esa palabra onírica “secturnial”?».

En suma: nunca supe qué significa «secturnial», así que decidí simplemente asociar la palabra a lo onírico. Pero mis sueños, que quizá tengan más legítima competencia —entiéndase «competencia» en sentido jurídico— sobre ese término, han querido que signifique otra cosa. En todo caso, no pienso cambiar el título bajo el que escribo estos sueños, pues me parece que, en todo caso, encaja con ambas interpretaciones: sueños sobre otros sueños, sueños sobre personas fugaces, ficticias, desconocidas, grises. Sueños de vida y de muerte. Sueños donde, como en nuestro mundo, las cosas están hechas de sueños, y donde la vida se completa con otros sueños. Sueños circulares. Relatos secturniales.



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Crónica de una muerte anunciada — 2016?

Soñé que era un niño y me caía de un trampolín. Cuando me levanté, noté que ninguno de los demás niños del parque me escuchaba. Junto a mí pasó caminando un grupo de hombres —que luego adiviné fantasmas— y, al preguntarles si estaba muerto, me respondieron: «Ellos —los niños que brincaban en el parque— te lo harán saber». Dado que ninguno respondía a mis llamados, asumí que verdaderamente había muerto. Después, acompañé a los fantasmas a una cabaña cerca del mar. Veíamos a los niños jugar en el jardín.


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Don’t tread on me — 2016?

Una tarde, me quedé dormido mientras escuchaba una charla de Ernesto Castro sobre praxeología. Soñé que caminaba por una calle desolada donde los edificios que la circundaban tenían altavoces por donde se escuchaba a Ernesto hablar de la cataláctica.


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Déjà vu — 2017?

Soñé que viajaba al pasado y me quedaba estancado en un solo día: lo vivía una y otra vez.


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¿No es evidente? — 2018?

Soñé que acababa de despertar y veía por la ventana una ola gigantesca que se avecinaba. Pregunté qué era y un desconocido casualmente respondía: «Un tsunami, ¿no es evidente?».


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Young man at window — 2019?

Soñé que despertaba después de pasar mucho tiempo dormido. Tanto tiempo había dormido que no recordaba quién era. Estaba en una habitación pequeña de un edificio, y junto a la cama había un buró con un pequeño mantel blanco. Encima del buró había una agenda: vi un par de nombres en ella, los revisé detenidamente, pasaba uno a uno y pensaba «No soy este, ni este, ni este… pues a ver…». Dicho esto, me levanté de la cama para mirar por la ventana. Veía pasar a las demás personas, observándolas, tratando de averiguar si alguna de esas personas que pasaba era yo.


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Red Ink — 2019?

Me desperté escuchando Red Ink de Deerhunter, luego me puse a investigar sobre la banda y di con el extraño y ahora extinto blog de Bradford Cox. Su descripción de Twilight at Carbon Lake, mi canción favorita de Deerhunter: «Quería que esta canción evocara la melancolía de la infancia».

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Arpeggi — 2021

Soñé que despertaba alterado de un sueño. Una mujer a mi lado me preguntaba si estaba bien y yo, confundido, respondía que sí. Después volvía a dormir y ocurría lo mismo, pero cada vez despertaba con una edad distinta, al lado de una mujer distinta y en una habitación distinta. Esto ocurrió tres o cuatro veces, hasta que decidí levantarme al baño para lavarme la cara[7].


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Where did you sleep last night — 2024

No sé si soñé algo, pero el otro día me levanté al baño por la noche y me quedé dormido sentado en el inodoro. Me desperté al cabecear.


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El espadachín — 2002?

En mi infancia, durante mucho tiempo tuve el sueño recurrente de un «espadachín» (un guerrero con yelmo) entrando en mi habitación y apuntándome al cuello con su espada. Siempre despertaba alterado.